Ya está terminando el día, pero Dante tiene sus dudas respecto de avanzar en el camino propuesto. ¿Porqué fue elegido él precisamente para hacerlo? No es ni Eneas (que bajó a los infiernos, para saber su destino y el de Roma) ni San Pablo (que fue elevado por Dios a los Cielos).
  


Entonces Virgilio le explica para despejarle todo temor. Lo que sucedió fue así:

Desde el Paraíso, la Santísima Virgen María se apiadó del poeta al verlo perdido en la selva y sin rumbo. Entonces mandó a Santa Lucía que se dirigiera a Beatriz, a pedir a Virgilio que fuera a socorrer a Dante, proponiéndole el viaje. De esta manera, tres santas mujeres de la Corte Celestial intercedieron por Dante para obtener su salvación.
Mientras tanto, Virgilio estaba en en su su lugar, el Limbo. Y ahí llegó Beatriz a su encuentro Beatriz para pedirle que fuera a rescatar a Dante.  

Por eso no tiene que tener ninguna duda dada la forma en que el Cielo se movió para salvarlo.
Al enterarse de todo lo que le cuenta Virgilio, Dante recupera inmediatamente sus fuerzas y, animosamente, comienza a avanzar con su guía.

INFIERNO - CANTO II