Dante va con miedo, por detrás de Virgilio, marchando entre los muros de Dite y las tumbas abiertas. Quiere saber si verá o hablará con alguien para enterarse de algunas cosas. Virgilio, como siempre, se da cuenta antes de que se lo diga, le contesta y agrega que pronto verá su deseo satisfecho.

De repente desde uno de los sepulcros escuchamos una voz que increpa a Dante que se detenga, porque reconoció su dialecto toscano. Dante se aterroriza y se va sobre Virgilio para protegerle, pero su maestro lo anima, diciéndole que se dé vuelta, porque es Farinata que quiere hablar con él.

Dante obedece y ve a su compatriota levantado hasta la mitad del torso, con una actitud que parece despreciar al propio infierno. Virgilio acerca a Dante hacia el lado de Farinata, lo anima a hablar y le dice que lo haga con pocas palabras.

Entonces mantienen una charla entre ambos compatriotas sobre Florencia, luchas políticas y destierros, con una profecía sobre el destino del mismo Dante. 

En el medio de la conversación aparece el alma del amigo de Dante pensando que iría con él si estuviera vivo. Dante no atina a responderle de inmediato (no entiende cómo Cavalcanti no sabe que Guido todavía vive) y el alma toma el silencio por negativa, hundiéndose nuevamente. Cuando Dante sepa la razón de la ignorancia del padre de su amigo le pedirá a Farinata que le diga que Guido todavía vive.

Ya está por terminar su conversación con Farinata, Virgilio lo está llamando, pero sobre el último segundo aprovecha para preguntar quién más está ahí. Entonces Farinata le nombra solamente un par de personas, aunque le aclara que hay muchísimos más.

Dante vuelve con Virgilio mientras reflexionan sobre algunas de las novedades que ahora tienen: los condenados ven mejor el futuro que el presente y Dante será desterrado. Pero, para que no se desanime, Virgilio le explica que recién podrá conocer el viaje de su vida una vez que llegue al Paraíso, con Beatriz.

Toman camino hacia la izquierda, allí está el borde externo del círculo por un sendero hacia un valle desde el que les llegaba un olor espantoso.

INFIERNO - CANTO X